miércoles, 17 de marzo de 2010

LA CARTA


En cierto viaje por Costa Rica, me alojé en un hotel del alto paraíso que allí se encuentra. Un hotel a orillas de aquellas aguas transparentes. Una verdadera delicia para el alma.
Ya instalada en la habitación, fui abriendo mi equipaje y a ubicando las prendas delicadas en el placard. Al finalizar tomé una gaseosa del refrigerador y me fui directo al balcón a descansar y a contemplar el bello paisaje.
Alguien llamó a mi puerta, era el conserje trayéndome un bolso extraviado en el despacho de equipaje del aeropuerto y en el cual había empacado todo lo referente a cosmética y ropa interior. Rogué a Dios que no hubiesen abierto y sustraído nada de allí porque lo había pagado bastante caro. Una nunca sabe como va a utilizar esas cosas si se le presentara la oportunidad!
Dejando de lado este último comentario, prosiguiendo con el relato de lo que sucedió después, me dirigí hacia una cómoda hecha con cañas de bambú con unas amplias cajoneras y me disponía a guardar mis cosas personales allí cuando de pronto noté que no se podía abrir muy bien el cajón. Traté de destrabarlo con el abrecartas... y..... unos centímetros cedió para poder meter una mano dentro pero mis dedos se toparon con un pedazo de papel doblado y bastante ancho. Al mover la cajonera para un lado y para el otro el sobre pudo zafarse y salió a la superficie.
Unas hermosas letras por fuera de ese sobre gigante decían : "Para Vos" y unas líneas más abajo pronunciaron mi asombro : "Martina Niké". Martina Niké es mi nombre era algo dirigido para mí pero por el color del sobre hacía mucho tiempo que había permanecido estancado en el oscuro bloque de cañavera .....

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